Yo también me equivoco. De eso se trata, ¿no?

Considero que una de las principales cualidades que uno debe cultivar en su vida, es la de la autocrítica. No es posible ir por la vida siendo o sintiéndose perfecto. Así está jodida la cosa. Sin embargo, es un error, además de común, en el cual se puede caer muy fácilmente. Dicen que la soberbia antecede al fracaso, y que las personas exitosas cometen comúnmente el error de sentir al éxito como parte natural de sus vidas. Es decir, mucha gente llega a contemplar el éxito como algo que compone el ADN de su ser. Como si todo lo que hicieran viniera copado de éxito, solo por el simple hecho de habérseles ocurrido. Error común, recurrente, y lastimosamente fatal.

Es como cuando caminas por un barrio peligroso por primera vez, y por azares del destino no te ocurre nada de nada. Sales de ahí diciendo “no pasa nada. Todos los que dicen que hay que tener cuidado son unos exagerados”. Además de todo, esa situación te invitará a no tener cuidado o precaución al entrar en otros lugares donde “la gente dice” que hay que tener cuidado. Como a ti no te pasó nada, empiezas a creerte inmune al peligro o incluso a pensar que este no existe. Puede ser que no te pase nada durante una temporada, pero en el momento en que menos te lo esperes, ¡zas! Tendrás el susto de tu vida (o algo peor). Es así más o menos cómo funciona el éxito en algunas personas. Cuando consigues tenerlo de alguna manera, llegas a pensar que todo lo que haces saldrá bien por el simple hecho de ser “una de tus ideas geniales”, jejeje.

Ahora bien. En lo personal he tenido tantos errores en mi vida (tantos), que no tengo ese problema y de hecho en ocasiones de lo que padezco es de exceso de cautela y, por qué no decirlo, falta de confianza en la gente de manera natural. Quienes me conocen realmente saben que conmigo las cosas no son fáciles (en ningún sentido), y que soy demasiado exigente en todo lo que hago y en todo lo que pido. No otorgo mi confianza fácilmente, aunque lo parezca por mi siempre abierta actitud hacia la colaboración. Yo siempre quiero ayudar a todo el mundo, e incluso participo de proyectos y situaciones en las que no cobro ni un centavo, solo por el simple placer de ayudar; sin embargo, todo esto es porque quiero, y no porque alguien haya conseguido “sacarme provecho”. No suelo hacer nada que no me apetezca, y para que así sea debo confiar primero en la persona y estar convencido que sus intenciones son sinceras. Como suelo decir, tengo cara de tonto (lo sé. Es así) pero créeme que solo es la cara, como bien puede evidenciar mi vida y quien soy.

Hace muchos años tuve un jefe (que en realidad era el jefe del jefe de mi jefe. El cliente, vamos), que un día me dijo “JuanMa, no te frustres. Los únicos que no se equivocan son aquellos que nunca hacen nada”. Me lo dijo un día en el que salíamos de una presentación en la que me fue fatal. No me aprobaron ni una sola propuesta de mejora porque eran demasiado ambiciosas para el momento en el que las presentaba. Yo estaba super avergonzado, y desde luego furioso. El hombre se me acercó, me dio una palmada en el rostro y me dijo la frase mágica. Desde aquel momento supe que no debe haber vergüenza en el error si este llega después de intentar hacer algo bueno. Si el error llega tras haber dado lo mejor de ti mismo, no es error ni fallo, talvez únicamente no es el momento adecuado. Lo importante es analizar el hecho y sacarle provecho.

¿Yo cometo errores? Claro que sí. Mucho. Todos los días. Me equivoco porque quiero hacer las cosas siempre mejor. Porque siempre busco nuevas fórmulas. Porque siempre estoy trabajando en algo nuevo y más bonito. Porque confío en ocasiones en gente que no se lo merece. Porque creo en la palabra de quienes no la tienen. Porque busco siempre extrapolar mis emociones en gente que sencillamente piensa y siente de manera diferente. Soy humano, pues. Qué quieres que te diga. Me tengo que equivocar. No todo lo que haga va a ser perfecto, pero créeme que de cada error obtengo una experiencia y un análisis bestial que me enriquece de maneras variadas. Finalmente, “el único que no se equivoca es aquel que nunca hace nada”, ¿recuerdas?

Hace unas semanas me encontré con una nueva situación que me hizo cuestionar todo lo que me rodea. Tuve que sentarme y pensar en qué estaba pasando en mi entorno y en mi mercado, y en porqué estaba pasando todo eso y cómo sacarle provecho de alguna manera tangible. El mercado está muy movido, y eso genera una infinidad de oportunidades para quienes las pueden ver, y para quienes tienen el talento para aprovecharlas. Curiosamente cada vez que hay una situación de estas entro en una especie de trance que me mantiene como “ausente” del mundo. No sé por qué motivo me obsesiono hasta encontrar la respuesta total a todo. Arranco “la inteligencia” y es como si me colgaran un cartel de “no molestar” durante días o semanas. Un cartel de “Estoy pensando y maquinando. No joder”, jejeje.

Cada loco con sus emociones, ¿no? Hay a quien le gusta el futbol, y viven sus partidos con pasión y emoción. Pues yo disfruto de estas situaciones de la misma manera. Parte de ser un humano hace que tengas sentimientos, ¿recuerdas? Pues de esos también tengo yo, aunque muchos tarados crean que no, si me corto o me pincho, sangro igual que tú. Que sea medio particular no quiere decir nada. Además, recuerda que soy hiperquinetico. Tengo una justificación, jajaja.

Este mes que inicia tiene nuevos bríos. Estoy iniciando el despliegue de una nueva forma de trabajar en mi organización, y seguimos aplicando “Lean Management” aunque pocos lo entiendan, jajaja. Necesariamente hay gente que va cumpliendo ciclos en sus funciones, y eso hace que tengan que asumir otro tipo de responsabilidades, o directamente buscar otros destinos donde seguir creciendo. Cumplido el primer trimestre, y habiendo logrado superar muchos de mis objetivos para esta temporada, es momento de apostar fuerte por los siguientes puntos de plan. ¿Tengo un plan? Si. Siempre. Vamos a mover, físicamente de un piso a otro, áreas completas con la idea de hacerlas más funcionales y efectivas. Necesariamente habrá cambios en los roles, funciones y responsabilidades, y esto me incluye desde luego. Creo que con esto vamos a conseguir una mejor versión en torno al catálogo de servicios. Qué más te puedo contar, pues nada, jejejeje. Solo te puedo adelantar que se vienen cambios importantes que se verán reflejados en mejores y más curiosos servicios.

Siempre he pensado que, para poder dar consejos primero tienes que haberla cagado como un campeón en el tema. Dar consejos sobre temas que no has padecido es muy fácil, ya que realmente solo estás dando tu opinión o punto de vista (el cual puede, seguramente, ser erróneo). Cuando tienes experiencia en el tema, es mucho más rico para el que recibe el consejo por mil motivos más que evidentes (¿el consejo más enriquecedor es el del abuelo, o no? Más sabe el diablo por viejo, que por diablo).

Curiosamente veo gente que NO dirige empresas, que NO genera trabajo para nadie, que NO invierte miles y miles de dólares en servicios y productos, hablando acerca de cómo hacer empresa, de cómo hacer felices a los trabajadores, o con mayor falta de respeto o vergüenza, de cómo crear servicios o productos que “la rompan” en un sector u otro. Al margen de que todos tienen derecho a buscarse la vida y a buscar la forma de comer diariamente, me parece muy curioso cuando veo a muchos con “la formula” para que todo funcione, y sin embargo no la han aplicado nunca en ningún lado. Cómo es posible que tengas la formula para productos y servicios exitosos, y no los estés vendiendo tú. Es raro, ¿no? Me suena a estafa, y a cuento. Para que nos vamos a engañar. Es así.

Sé que en ocasiones es incomodo tocar dichos temas, pero es que hay que tenerlo en cuenta. Yo no soy un gurú ni mucho menos (yo si trabajo, y muchísimo), pero te puedo contar muchas cosas y experiencias tangibles que me han llevado con los años a ser considerado por muchísima gente como un experto singular, y una persona sincera, honesta y brutalmente directa.

¿Tú te equivocas? Yo sí. Un montón 😊

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