…y qué hacemos con la envidia y la mala gente?

Cómo parte de mi día a día, me toca ver de todo. Yo sé que mucho de lo que se ve desde afuera puede resultar genial y en ocasiones “cool”, sin embargo, hay muchas cosas que son incluso tristes y otras que te dejan algo consternado. Creo que es parte de la naturaleza del ser humano. Desde mi posición como emprendedor (o empresario, según se vea), he tenido múltiples decepciones y desaciertos con mucha gente. Creo que es la parte complicada de este oficio. Como necesariamente tienes que contratar personas en diferentes ocasiones, y para diferentes funciones, es normal que durante el camino te equivoques y contrates gente inadecuada para tu negocio, o que sean muy buenos profesionales pero que tengan un carácter o actitud complicada. Es normal y en muchas ocasiones necesario. Por mucho que te esmeres, siempre hay fallos en ese sentido. Los humanos somos muy particulares (gracias al cielo, jejeje).

No suelo tener procesos de selección muy complejos, ya que tampoco puedo darme ese lujo (por el tiempo y la inversión básicamente), con lo cual suelo decidir por la experiencia, la actitud y las ganas que se le puedan ver a la persona. Hay gente que, si bien no tiene mucha experiencia e incluso poco conocimiento, tiene muchas ganas de aprender y de trabajar. Una actitud que supera con creces muchas otras características. Ese tipo de personas siempre son bienvenidas, y nos apoyan y acompañan por mucho tiempo. Luego cuando se van (A veces ocurre. También es natural) se les echa de menos y todo, ya que finalmente es gente que vale la pena. Las otras duran muy poquito y siempre salen por la puerta de atrás.

Yo sé que mucha gente no sabe lo duro y complicado que es poner en marcha tu propio negocio, y más aun desconocen lo desesperante (e indignante) que puede llegar a ser que una persona en la que confías algunas labores, haga el trabajo de cualquier manera o con actitud de ocioso o conformista (mientras que tú haces malabares para pagarle un sueldo y todo lo que conlleva). Es cierto que hay organizaciones tan grandes, tan grandes, que no se nota cuando algunos se la pasan vagando, pero en organizaciones pequeñas o que recién inician, es muy evidente cuando alguno de los trabajadores no cumple con su función. Claro, si lo vemos desde el lado del trabajador, muchos dirán “el empleador es un abusivo y explotador”, pero si lo vemos del lado del empleador, muchos dirán “el trabajador es un vago e irresponsable. Que se vaya.”. No sé. Personalmente trabajo muy duro y no tengo horario ni nada que se le parezca, y claro, muchos dirán que finalmente es mi negocio y si trabajo más o trabajo menos, al final soy el más beneficiado. Eso lo dirá mucha gente, y si pues, tienen razón. Es ilógico que alguien que invierte su dinero, su tiempo, su patrimonio, e incluso su nombre, obtenga menos que quienes no arriesgan nada, y solo alquilan su tiempo. Las cosas claras, ¿no?

La vida del emprendedor es complicada, y cuando logras cierta visibilidad, aparecerán los envidiosos, los frustrados, los cobardes y, sobre todo, quienes te odian o aborrecen desde lo más profundo de su ser (a veces incluso gratuitamente). Estos últimos son personajes que en realidad no te odian, solo odian lo que representas y les jode en el alma ver que «te va de puta madre», mientras que ellos siguen comiéndose las uñas. Como decía anteriormente, lo que se ve es que te va genial, pero nadie ve todo lo que haces o sacrificas para que así sea. Es un poco injusto, creo yo; aunque tampoco es que me importe mucho. Para qué nos vamos a engañar, jejeje. Tal y como dicen algunos camiones en la parte trasera “tu envidia es mi progreso”. Creo que si todos los envidiosos tuvieran que vivir y trabajar todo lo que nos toca para poder ser quienes somos, se plantearían las cosas de otra manera. Es fácil criticar lo que no se conoce. Recuerda que «la ignorancia es atrevida».

La envidia es mala, y algunos de estos personajes viven realmente encolerizados y super frustrados. Si tienes un éxito, buscan minimizarlo. Si tienes un fracaso, buscan exagerarlo y que todos lo vean. Si te va muy bien, empiezan a generar malos comentarios o criticas que no tienen ni fundamento ni sentido. Imagínate que, durante los últimos 5 años, ya casi 6, he tenido que soportar amenazas, llamadas telefónicas horribles, mensajes anónimos, mucho chisme malintencionado y más cobardías; y aunque los ignoras, siempre van apareciendo algunos por ahí.

¿De dónde salen? Pues a veces es imprevisible e impredecible. Antiguos malos empleados, otros que quisieron serlo y no lo consiguieron, otros que se te acercan para ver qué te sacan y no consiguen sacarte nada, otros que pierden clientes o proyectos que ganas tú, algunos competidores frustrados y enloquecidos, personas a las que te olvidaste saludar y ya te consideran “sobrado”, otros que nunca en la vida han hablado contigo pero simplemente te odian porque alguien les contó un chisme (y quisieron creérselo); aunque los más locos son los que no te conocen, nunca han hablado contigo, no conocen a nadie en común contigo, pero simplemente les caes mal (muy mal). Simplemente les jode verte sonreír. Están enfermos, pues. Toda esta gente tiene derecho a ser como le de la gana, realmente. Aunque a veces me pregunto porqué no se centran en mejorar su vida, sus negocios, o su entorno, en lugar de preocuparse de lo que uno hace o deja de hacer.

Quienes me conocen de cerca saben que tengo un carácter alucinantemente explosivo, soy una persona muy enérgica en mis actividades y en mis decisiones, y si a eso le sumamos que soy responsable de la tranquilidad de todos mis trabajadores (y sus familias indirectamente hablando), no puedo perder mucho tiempo en ver los pajaritos volando, ni me puedo permitir tener cerca gente que no suma. Tengo que trabajar y no tengo tiempo que perder en negocios extraños, en trabajadores que no funcionan, o en cosas como esas. Suena duro, pero créeme que mi vida no es fácil, no lo ha sido ni creo que llegue a serlo en breve, aunque de seguro es mucho mejor que la de muchos personajes oscuros que solo te desean mal y te envidian por deporte. Ponte en mi lugar. Ya me gustaría ver cómo lo haces tu, jajaja.

Ahora bien, con la aparición de las redes sociales, aparecieron también los personajes conocidos como “trolls”, que finalmente no son otra cosa que perfiles muchas veces falsos, que solo buscan generar polémica o dudas en cuanta pagina donde se meten. Son criaturas algo viles y roñosas, que no tienen mayor sentido que el atacar o sembrar malestar, basándose en técnicas algo extrañas y soportadas desde la “tranquilidad” que les brinda el anonimato (El cual no les dura mucho. Siempre terminamos sabiendo quienes son). Es muy fácil señalar o acusar sin mayor fundamento, sin aportar datos reales. Total, lo único que se busca es generar zozobra y calmar así su frustración. Debe ser triste vivir así.

Nosotros tenemos un espectacular sistema de seguimiento y monitorización, que nos brinda información más que detallada de estos “muñecos”, y en un 72% de las ocasiones son personas directamente vinculadas a algunos “competidores” directos e indirectos, y también hay otros tantos que no son más que resentidos sociales, o gente que en algún momento consideramos amigos o allegados (la envidia se los comió enteros. Una lástima). Incluso hay uno (este es más gracioso que otra cosa) que cambia de nombre sistemáticamente, y que siempre comenta insultando a nuestros alumnos de manera curiosa, llamándolos “gordos y feos”, o diciendo cosas como “en Perú todos son feos, por eso solo estudio en el extranjero”, jajajaja. En serio que hay cosas que causan gracia, y te lo tomas con la seriedad que representa: ninguna; pero, por otro lado, hay algunos más acomplejados que solo buscan causar ofensa o cosas por el estilo.

Me pregunto cuanta desesperación debe sentir alguien para empezar a atacar de esa manera, sin fundamento y gratuitamente, a una organización que con sus más y sus menos invierte en el desarrollo del país, que genera trabajo digno y legal, que tributa y cumple con sus obligaciones, que hace todo lo que puede por seguir avanzando mientras que muchos simplemente bajan los brazos y no saben qué hacer con su vida. Debe ser una situación algo frustrante (me imagino), pero afortunadamente todo el mundo sabe quiénes son, y el mismo mercado se ha encargado de relegarlos a un nivel tan gris como poco relevante, y de dejarlos ahí durante todos estos años.

Yo no me robé nada. Nos lo ganamos con esfuerzo, sudor, y muchísimo sacrificio. O acaso ¿aún queda alguien por ahí que crea que todo lo nuestro es casualidad o regalo de alguien?. Son miles los que nos conocen desde el día UNO, y han visto cómo es que esto se ha construido y cómo ha ido creciendo y posicionándose por derecho.

Qué puedo hacer. La envidia es mala. No te deja ver más allá de tu coraje y tu frustración, y por tal motivo no debes dejar que te embargue. Decían que el problema no está en que te copien o te imiten, sino en lograr crear algo que todos quieran copiar o imitar. ¿En qué posición estás tú? ¿Yo sé cuál es la mía, y tú? Amigo troll, ponte a trabajar que a este paso solo seguirás dando lastima.

¡¡Venga, a seguir bien!! 😉

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