Si tienes un rato, léelo completo, y si no, busca el momento y hazlo. Es por nuestro bien y el de la siguiente generación ¡¡Muchísimas gracias por compartirlo!! 
Me tomé un rato para traducir el artículo de “Julio Vincent”, porque pienso que a muchos les haría tomar conciencia de lo que se viene, de lo que hay y de lo que hubo. Muchos de ustedes coincidirán en que tengo razón, y que el articulo plantea una realidad del tamaño de un castillo, y que merece la pena meditar al respecto; mientras otros seguirán durmiendo y a la espera de que todo “vuelva a la normalidad” 
————————
(*) Un “Gaslighting”, si no conoces la palabra, se define como la manipulación para hacerte dudar de tu propia cordura; como en “Carl hizo que Mary pensara que estaba loca, a pesar de que claramente lo sorprendió haciendo trampa…” Él aplico el “Gaslighting” con ella.
Muy pronto, cuando el país comience a descubrir cómo «nos volvemos a abrir” y avanzamos, fuerzas muy poderosas intentarán convencernos a todos de que volvamos a la normalidad. (Eso nunca sucedió. ¿De qué estás hablando?). Se gastarán miles de millones de dólares en publicidad, mensajes y contenido de televisión y medios para que te sientas cómodo nuevamente. Vendrá en las formas tradicionales: una valla publicitaria aquí, un centenar de comerciales allí, y en formas de nuevos medios: una generación de memes 2020-2021 para recordarle que lo que desea nuevamente es la normalidad. En verdad quieres el sentimiento de normalidad, y todos lo queremos. Queremos desesperadamente sentirnos bien de nuevo, volver a las rutinas de la vida, no acostarnos en la cama por la noche preguntándonos cómo vamos a pagar el alquiler y las facturas, para no despertarnos con un rollo interminable de tragedia humana en nuestros teléfonos; tomar una taza de café perfectamente preparado y simplemente salir de casa para ir a trabajar. La necesidad de comodidad será real y será fuerte. Y cada marca en Estados Unidos vendrá al rescate, querido consumidor, para ayudar a eliminar esa oscuridad y devolver la vida a la forma en que estaba antes de la crisis. Te insto a que estés al tanto de lo que viene.
Durante los últimos cien años, el negocio publicitario multimillonario ha operado en base a este principio fundamental: encontrar el problema del consumidor y solucionarlo con su producto. Cuando el problema es práctico y táctico, la solución es «como se ve en la televisión» y está disponible en “Home Depot” (o cualquier otra cadena que se te ocurra). La “cinta de doble contacto” me ahorrará el tener que pintar nuevamente (si usará clavos, por ejemplo). También lo hará el borrador mágico del “Don Limpio”. Las estanterías de “Elfa” eliminarán el desorden en mi armario. El “timbre de la puerta” me permitirá ver quién está en la entrada si no puedo apartar los ojos de Netflix. Pero cuando el problema es emocional, la solución se convierte en un elemento básico en tu vida y te conviertes en un consumidor leal para toda la vida. Coca-Cola te hace feliz. Un Mercedes te hace: exitoso. Llevar a tus hijos a Disneylandia te hace sentir orgulloso. Los especialistas en marketing inteligentes saben cómo resaltar lo que las marcas pueden hacer por usted para facilitarle la vida. Pero los vendedores brillantes saben cómo reconectar su corazón. Y, no se equivoque, el corazón es lo que más se ha traumatizado este último mes. Somos ahora, como sociedad, vulnerables en una forma completamente nueva.
Sin embargo, lo que el trauma nos ha mostrado no puede ser invisible. Un “Los Angeles” sin automóviles tiene el cielo azul claro ya que la contaminación simplemente se ha detenido. En una tranquila “Nueva York”, puedes escuchar el canto de los pájaros en medio de la avenida Madison. Los coyotes han sido vistos en el “Golden Gate”. Estas son las imágenes de postal de cómo sería el mundo si pudiéramos encontrar una manera de tener un efecto diario menos mortal para el planeta. Lo que no es apto para una postal son las otras escenas que hemos presenciado: un sistema de atención médica que no puede proporcionar equipos de protección básicos para su primera línea; pequeñas empresas, y muy grandes, que no tienen suficiente efectivo para pagar el alquiler o los trabajadores, enviando a más de 16 millones de personas a buscar beneficios de desempleo; un gobierno que ha dañado tanto la credibilidad de nuestros medios, que 300 millones de personas no saben a quién escuchar para obtener datos básicos que pueden salvarles la vida.
“El gato está fuera de la bolsa”. Nosotros, como nación, tenemos problemas profundamente inquietantes. Tienes razón. Eso no es noticia. Son problemas que ignoramos todos los días, no porque seamos personas terribles o porque no nos importa solucionarlos, sino porque no tenemos tiempo. Lo sentimos, tenemos otra mierda que hacer. La verdad es que no importa nuestra etnia, religión, género, partido político (la lista continúa), ni siquiera nuestro estatus socioeconómico, como estadounidenses compartimos esto: estamos ocupados. Estamos fuera y apresurados para hacer que nuestras propias vidas funcionen. Tenemos objetivos que cumplir y reuniones que atender e hipotecas que pagar, todo mientras el teléfono está sonando y la computadora portátil está sonando. Y cuando llegamos a casa, “Crate & Barrel”, “Louis Vuitton”, y “Andy Cohen” nos hacen sentir lo suficientemente bien como para levantarnos al día siguiente y volver a hacerlo. Es muy fácil cerrar los ojos ante un problema cuando apenas tienes tiempo suficiente para cerrarlos y dormir. El mayor error entre nosotros, que causa una tensión social y política profunda y dolorosa todos los días en este país, es que de alguna manera no nos importamos. A los blancos no les importan los problemas de la “América negra”. A los hombres no les importan los derechos de las mujeres. A los policías no les importan las comunidades a las que sirven. A los humanos no les importa el medio ambiente. Pero esto no podría estar más lejos de la verdad. Nos importa, pero simplemente no tenemos tiempo para hacer nada al respecto. Tal vez solo soy yo. Pero tal vez eres tú también.
Bueno, la cinta en la que has estado corriendo durante décadas se detuvo. ¡Bam! Y esa sensación que tienes ahora es la misma que si te hubieran arrojado de tu bicicleta al suelo: ¿qué demonios acaba de suceder? Espero que puedan considerar esto: lo que sucedió es inexplicablemente increíble. Es el mejor regalo sin envolver. No las muertes, no el virus, sino LA GRAN PAUSA. Es, en una palabra, profundo. Por favor, no retrocedas ante la luz brillante que irradia a través de la ventana. Sé que te duelen los ojos. Me duele a mi también. Pero el telón está abierto de par en par. Lo que nos ha dado la crisis es una oportunidad única en la vida de vernos a nosotros mismos y a nuestro país desde la perspectiva más clara. En ningún otro momento, en nuestras vidas, hemos tenido la oportunidad de ver qué sucedería si el mundo simplemente se detuviera. Aquí está. Estamos en eso. Las tiendas están cerradas. Los restaurantes están vacíos. Las calles y las autopistas de seis carriles son estériles. Incluso el planeta mismo se está sacudiendo menos (en verdad). Y debido a que es más raro que raro, ha sacado a la luz todas las bellas y dolorosas verdades de cómo vivimos. Y eso se siente raro. Muy raro. PORQUE-NUNCA-SUCEDIÓ-ANTES. Si queremos crear un país mejor y un mundo mejor para nuestros hijos, y si queremos asegurarnos de que incluso seamos sostenibles como nación y como democracia, debemos prestar atención a cómo nos sentimos en este momento. No puedo hablar por ti, pero imagino que te sientes como yo: devastado, deprimido y desconsolado.
Y qué momento perfecto para que “Best Buy”, “H&M” y “Wal-Mart” me ayuden a sentirme normal nuevamente. Si pudiera tener el nuevo iPhone en la mano, si pudiera descansar los pies sobre unas “Nikes” nuevas y acolchaditas, si pudiera tomar un “café con leche de vainilla rubio venti” o beber una Coca-Cola Light, entonces esta sensación muy oscura desaparecería. ¿Crees que estoy bromeando, que estoy siendo simpático, que estoy negando los beneficios muy obvios de tener una economía en auge? Tienes razón. Nuestro estilo de vida no es ruinoso. La economía no es, en esencia, malvada. Las marcas y sus productos crean millones de empleos. Al igual que las personas, y casi todo en la vida, hay marcas que son responsables y éticas, y hay otras que no lo son. Todos son parte de un sistema que nos mantiene vivos y fuertes. Hemos sacado a más humanos de la pobreza a través del poder de la economía que cualquier otra civilización de la historia. Sí, sin duda, el americanismo es una fuerza para el bien. No es un plan villano para causar estragos y destruir el planeta y todas nuestras almas junto con él. Lo entiendo, y estoy de acuerdo. Pero sus defectos han sido descubiertos para que todos los vean. No funciona para todos. Es responsable de una gran destrucción. Se distribuye de manera tan desigual en su beneficio que tres hombres poseen más riqueza que 150 millones de personas. Sus intenciones se han pervertido, y la protección que ofrece ha desaparecido. De hecho, ha sido arrodillado por un “pangolín”.
Y así se acerca el ataque. Prepárense, mis amigos. Lo que está a punto de desatarse en la sociedad estadounidense será la mejor campaña jamás creada para que te sientas normal nuevamente. Vendrá de marcas, vendrá del gobierno, incluso vendrá el uno del otro, y vendrá de la izquierda y de la derecha. Haremos cualquier cosa, gastaremos cualquier cosa, creeremos cualquier cosa, solo para poder quitar lo terriblemente incómodo que se siente todo esto. Y además de eso, solo girar el tornillo un poco más, será el único esfuerzo que es aún mayor: el bombardeo total para hacerte creer que nunca viste lo que viste. El aire no era realmente más limpio; esas imágenes eran falsas. Los hospitales no eran realmente una zona de guerra; Esas historias eran una hipérbole. Los números no eran tan altos; La prensa miente. No viste gente con máscaras de pie bajo la lluvia arriesgando sus vidas para votar. No en los Estados Unidos. No viste al líder del mundo libre presionar a favor de una droga milagrosa (no probada) como un vendedor la “tele tienda” nocturna. Esa fue una actualización de la crisis. No viste personas sin hogar muertas en la calle. No viste la desigualdad. No viste indiferencia. No viste el fracaso absoluto del liderazgo y los sistemas.
Pero lo hiciste. No están locos, amigos míos. Y, entonces, estamos a punto de sufrir un “Gaslighting” de una manera verdaderamente sin precedentes. Comienza con un cheque por $ 1,200 (no digas que nunca te di nada) y luego será tan grande que será grande. Y será un golpe doble tanto de las grandes empresas como de la gran Casa Blanca, inextricablemente (muy confuso, difícil de comprender) entrelazadas ahora más que nunca y lideradas, como nuestra suerte, por un vendedor en jefe. Las empresas y el gobierno están a punto de unirse para dejarnos inconscientes nuevamente. Será financiado como ninguna otra operación en nuestras vidas. Será rápido. Será furioso. Y será abrumador. Se acerca el Gran Retorno Americano a la Normalidad.
De un ciudadano a otro, te lo ruego: respira hondo, ignora el ruido ensordecedor y piensa profundamente en lo que quieres volver a poner en tu vida. Esta es nuestra oportunidad de definir una nueva versión de lo normal, una oportunidad rara y verdaderamente sagrada (sí, sagrada) para deshacernos de las tonterías y solo traer de vuelta lo que funciona para nosotros, lo que enriquece nuestras vidas, lo que hace que nuestros hijos sean más felices, lo que nos hace sentir verdaderamente orgullosos. Nos preocupamos profundamente el uno por el otro. Eso está claro. Eso se puede ver en cada publicación de apoyo de Facebook, en cada comida que se deja a un vecino, en cada fiesta de cumpleaños de Zoom. Somos buena gente, y como buena gente queremos definir, en nuestros propios términos, cómo se ve este país en cinco, 10 o 50 años. Esta es nuestra oportunidad de hacer eso, la más grande que hayamos tenido, y la mejor que conseguiremos.
Podemos hacerlo a escala personal en nuestros hogares, en cómo elegimos pasar el tiempo de nuestra familia en las noches y fines de semana, qué vemos, qué escuchamos, qué comemos, y en qué elegimos gastar nuestros dólares y dónde. Podemos hacerlo localmente en nuestras comunidades, en qué organizaciones apoyamos, qué verdades contamos y a qué eventos asistimos. Y podemos hacerlo a nivel nacional en nuestro gobierno, en qué líderes votamos y a quién le damos poder. Si queremos un aire más limpio, podemos lograrlo. Si queremos proteger a nuestros médicos y enfermeras del próximo virus, y proteger a todos los estadounidenses, podemos hacerlo realidad. Si queremos que nuestros vecinos y amigos obtengan un ingreso digno, podemos hacer que eso suceda. Si queremos que millones de niños puedan comer si de repente su escuela está cerrada, podemos hacer que eso suceda. Y sí, si solo queremos vivir una vida más simple, también podemos hacer que eso suceda. Pero solo si nos resistimos a la masiva “Gaslighting” que está por venir. Ya está en camino. Estén atentos.
El articulo original, en ingles: https://forge.medium.com/prepare-for-the-ultimate-gaslighting-6a8ce3f0a0e0