Inicio este post con una enorme ironía y colmado de indignación. Para nadie es un secreto que nuestro ecosistema se encuentra lleno de injusticias y de abusos, sin embargo, no hay mayor abuso que aquel que es ejercido por quien tiene la sartén por el mango, y se ufana de ser todo poderoso e incluso, todo hay que decirlo, omnipresente.
Resulta pues que llevamos un año tremendo, que afortunadamente ya se fue. Desde luego hablo del 2016. Como emprendedor me enfrento a estos dramas en mi día a día, sin embargo, hay momentos y situaciones que no puedo pasar por alto sin evitar que una profunda indignación me pase por las venas.
¿Mi problema está en pagar impuestos? Para nada y de hecho, aunque suene raro, me gusta. Me gusta porque te habilita para muchas otras cosas. Te permite demostrar que eres una organización que crece, que es rentable, que genera beneficios, que es formal, que está organizada, y eso solo por el lado empresarial ya que, por el otro lado, al menos en la teoría, esos impuestos sirven para construir mejores carreteras, vías de comunicación, brindarnos seguridad, salud y educación pública que roza con la de países del primer mundo; digo yo que no en vano contamos con una tasa tan curiosa de impuestos. Nótese que vamos destilando sarcasmo por los poros, ¿no? Pues sí y no. Es decir, no en todo.
Por el lado empresarial es verdad lo que digo. El pagar impuestos ayuda muchísimo; ya lo que pasa por el otro lado es algo en lo que no voy a entrar porque podría ponerme verde en opiniones y no es mi estilo. Sin embargo, debo explicar mi indignación.
Como emprendedor, empresario, hombre que da trabajo, que genera valor para la sociedad y esas cosas que se dicen por ahí, debo compartir con ustedes que el año 2016, si bien se cumplieron muchos de mis objetivos, podría resumirse en lo que viene siendo UNA BUENA MIERDA. Un año donde todo lo que he conseguido me ha costado cinco veces lo que en una situación normal. Un año en el que acumulé una cartera por cobrar de casi medio millón. Un año en el que todos mis clientes -grandes empresas privadas- decidieron (unas con menos vergüenza que otras) cambiar unilateralmente las reglas del juego. Unas muy curiosas se propusieron pagar de 30 a 90 días. Otras que siempre se comprometían a 30 pero pagaban en 45-50, decidieron muy alegremente pagar a 60 (así que imagínate cuando es eso en realidad), y otras más terribles aun, decidieron directamente no pagar hasta que buenamente puedan, jejeje. En fin, que todo eso se resuelve con un buen brazo financiero, y con una buena planificación para sortear el flujo de caja. Una situación simple, no. Una situación curiosa, sin duda.
Digamos que hasta ahí no habría más problema, ya que muchos (desde la ignorancia) estarán diciendo “casi medio millón por cobrar. Ahí tienes un dineral, no sé de qué te quejas”; sin embargo te contaré que todo eso no es más que un conjunto de ítems como pueden ser tus costos operativos, tu margen, tu costo de cartera y financiación, y desde luego (y ahí empieza lo bueno) IMPUESTOS.
¿Impuestos? Sí. Impuestos. Pero JuanMa, ¿no decías que te gusta pagar impuestos? Sí, y lo sostengo, pero me gusta pagar impuestos cuando tengo el dinero para pagarlos, lo cual quiere decir que lo he cobrado, y mejor aún, que los he cobrado a tiempo. Imagínate tú que presentas diversas facturas, no sé yo, por unos 50 mil soles (que no es mucho, lo sé), y esos 50 generarán unos 9 mil soles de impuesto directamente, hablando del IGV únicamente, ya que en realidad es unos cuantos miles más. Ahora imagínate que presentas la factura, declaras tus ventas, y evidentemente te toca pagar eso que has declarado dentro del mes siguiente, pero que tú no vas a ver ese dinero hasta dentro de 2 o (como está pasando últimamente) más tiempo. ¿De dónde tendrán que salir esos 9000 soles de impuestos, en este ejemplo tan reducido? Pues de tu caja, no de otro lado. De tu caja que, déjame que te cuente un secreto, se alimenta y se nutre de las cobranzas producto de las ventas. ¿Me hablas de las ventas que no cobras a tiempo, si no de las que cobras cada 2 a 3 meses, tras mucho insistir? Sí. De esas te hablo.
Ahora imagínate que tu cliente no te paga a tiempo, y que te pasea olímpicamente para pagarte. Luego súmale que la queridísima SUNAT te atormenta con notificaciones y notificaciones, dejando claro que no es problema suyo que a ti no te paguen, y que si has declarado una factura por ventas, tendrás que pagar el impuesto correspondiente el mes siguiente, pase lo que pase (literalmente). ¿Hasta ahí estás? Genial. Ahora súmale a todo eso que uno de tus clientes, el que más demora en pagar (y al que menos parece importarle tu vida) ha decidido programarte una factura para el viernes de la semana ante pasada, y que luego no te paga sino que te la reprograma para el siguiente viernes. De seguro estarás diciendo “da igual, de un viernes al otro no pasa nada”. ¿Estás atento? Presta atención.
Hoy es lunes, y estas esperando entre otras cosas, el abono de ese lindo cliente demorón para poder incrementar tu flujo de caja y cumplir con varias de tus obligaciones e inversiones. Imagínate que te has organizado y todo lo demás (como te dijeron en el master que se hace con el cash flow y demás cositas). Ahora bien, imagínate que te llega un correo de tu súper cliente demorón donde TE NOTIFICA que la semana pasada (la siguiente a cuando te tenía que pagar) le llegó una notificación de la SUNAT para que te retuviera una cantidad de dinero equivalente al 84% de lo que te deben, y que ellos ALEGREMENTE la han retenido y que además ya se la han depositado a SUNAT. ¿Qué tal? ¿Cómo se te quedó la cara?
Pues eso. Ando medio indignado y aprovechando un rato para, a razón de catarsis, escribir un pequeño post con mis sensaciones al respecto. Indignante hasta la saciedad, sin embargo, es parte de lo que nos toca cuando hacemos empresa, y sobre todo cuando queremos hacer las cosas bien y en orden. No es delito pagar tarde en una situación así, el delito está en llenarse la boca con ideas sobre progreso y evolución, y que tengamos a una entidad como la SUNAT que no hace más que apretar y apretar a unos cuantos, que curiosamente pertenecemos al círculo de los que curiosamente quieren hacer que las cosas cambien, que en verdad pagamos impuestos, que en verdad generamos trabajo y demás cosas que se dicen por ahí.
Enhorabuena a los señores de la SUNAT, están haciendo un trabajo alucinante. Llevo casi 5 años en este ecosistema, he generado ventas por muchos millones durante estos años. Me han auditado 4 veces, me han cruzado información otras tantas, y NUNCA me han encontrado nada extraño ni inadecuado. Eso sí, como dijo un auditor, lo raro es que seamos una empresa que paga con alegría, que declara absolutamente todo, y que al margen de todo siempre está al día con todas sus obligaciones tributarias y financieras.
A veces, aunque no lo comparto, pienso en cómo se burlarán de mi todas esas “empresas” que van brotando de la nada, que no contratan personal, que no pagan impuestos, que no tienen ni licencia de funcionamiento y que, para mayor jocosidad, se autodenominan competencia de mercado. Si vamos a competir en quién es “más chicha o informal”, tranquilos que ya me ganaron desde que se les ocurrió la idea.
Ahora a ver cómo le digo a mis proveedores que tienen que esperarse un poco más, porque uno de los gigantes me ha metido un mordisco. Qué día más complejo y raro, ¿no? Pues así, de este tipo, hay muchos en la vida del emprendedor. ¿Dije proveedores? Sí. Recuerda que todo es un círculo y que tenemos que hacer muchas cosas para cumplirnos entre todos. A ver qué se me ocurre, que de seguro algo haré =)
Que tengan una grandísima semana, jejeje. Por lo menos esta ha iniciado con un post y con una nueva lección aprendida.