En esta vida todo es cíclico y, como decía la abuela, todo tiene un por qué.

Iba esta mañana rumbo a la oficina, mientras pensaba en lo ocupado que ando y en las ganas que traigo desde hace semanas por escribir un post (y descansar un rato, jejeje). La verdad es que, en ocasiones, el no tener tiempo para hacerlo es un buen indicador. Como sabes, tengo la fortuna de liderar una empresa bastante reconocida en el mercado, y a un grupo humano singular; y ello me ha llevado a afrontar situaciones muy complejas durante los últimos 5 años. Algunas muy gratificantes, algunas otras no tanto; sin embargo, todas muy enriquecedoras en el amplio sentido de la palabra.

Bueno pues, te contaré que este año han vuelto las aventuras profesionales. Esas que te hacen saltar de la cama antes que amanezca, y que en ocasiones evitan que vayas a esta cuando ya deberías hacerlo. ¿Eso es bueno? Desde luego que sí. Recuerda que siempre te escribo desde la perspectiva que me toca, y bueno, yo no tengo horario, ni festivos, ni días libres, rara vez vacaciones, y cuando tocan, son realmente cortas -con la intención de recargar energías- más que de hacer otras cosas. Es una vida “dura”, pero es lo que uno elige muchas veces en el camino del “emprendedor”.

Cuando las cosas se pusieron duras, descubrí (o comprobé quizás) que muchos de los que consideraba amigos cercanos, o gente con la que contar, no estaban realmente en dicha categoría, y por el contrario encontré muchos personajes oscuros que disfrutaban de nuestra situación, la cual, aunque les hubiera encantado lo contrario, así y todo, era mil veces mejor que la de ellos. Afortunadamente, creo yo, me criaron indirectamente con mucho desapego por las cosas materiales, así que en realidad mi temor durante nuestro mal rato nunca estuvo relacionado con el tema económico, ya que siempre he sido consciente que eso va y viene, y que, si te apegas a ello, puedes terminar traicionando tus principios más férreos. Así pues, me senté una mañana y decidí meterle un “refresh” a la casa. Aplicamos LEAN Management y eliminamos todo el desperdicio que se pudo identificar rápidamente, cambiamos nuestra visión del mercado y lo empezamos a ubicar como un campo de batalla, posiciones, flanqueos y demás historias, y desplegamos (como he comentado con anterioridad) una estrategia francamente disruptiva dentro de nuestros años en el mercado. ¿Ambicioso? Mucho. No te engañes.

En este momento, sentado en mi oficina, solo se me ocurre dar gracias a tanta gente que demostró que está y no está ahí para nosotros. Nos encontramos en un momento de madurez, donde quizás lo que más ha quedado claro es que tenemos talento para gestionar no solo lo que nos encargan nuestros clientes, sino también nuestra propia organización. Aquello de “en casa de herrero, cuchillo de palo” no aplica aquí, y hemos tenido que pasar por una situación muy dura para poder comprobarlo. Vamos saliendo poco a poco de todo el lío que nos generó el 2016, y con muchas ganas de seguir galopando hacia nuestros objetivos. No nos desviamos de la visión principal, y a costo de mucho, hemos permanecido fieles a nuestra esencia.

Cuando se lidera una organización movilizada por el talento, el compromiso, las ganas, y la responsabilidad, no se puede renunciar a los principios que la hicieron ver la luz. No todo vale al momento de hacer negocios. Eso es algo que siempre hemos tenido claro, y que no ha de cambiar mientras que esta organización la dirija yo.

A todos los que confiaron y confían en nosotros, en mi gestión y en mi visión, gracias, gracias, gracias. Seguimos aquí, más fuertes que nunca gracias a ustedes. Aprendí viviendo en carne propia lo que es una variación en el mercado, y tuve que echar mano de todo mi capital intelectual para palear una situación verdadera y negativamente colosal, donde paradójicamente no vendimos menos, sino por el contrario nuestras ventas se incrementaron en más de un 20% respecto al 2015. Una verdadera paradoja, vista desde arriba, que nos permitió en buena cuenta capear el temporal y posicionarnos de manera sostenible. Este año cumpliremos 5 años en el mercado, y no todo el mundo puede decir que hay un antes y un después de su llegada, nosotros sí. Eso es lo que nos mueve, y nos seguirá guiando.

En lo que va del año, llevamos más de 7 proyectos ganados e iniciados, con muchos clientes nuevos (y geniales), y algunos de nuestros clientes de siempre (qué haríamos sin vuestra confianza. Gracias como siempre). No hablamos de proyectos simples, sino más bien de proyectos complejos, donde tenemos que implementar buenas prácticas para la gestión de servicios en una importante entidad el sector financiero, desplegar un sistema de gestión integrado (ISO20000, ISO27001 e ISO22301) en una de las principales empresas del sector de las telecomunicaciones, otro donde el sistema de gestión se conforma por cuatro normas (ISO9001, ISO20000, ISO27001 e ISO22301) en una entidad relevante en temas de ciberseguridad y mesa de ayuda; otro proyecto con ISO9001 e ISO27001, uno más de evaluación ISO20000, ISO27001, ISO22301, ISO21500 e ISO38500, y varios, varios más. Una temporada de mucho trabajo, donde estamos literalmente colapsados y donde el equipo está completamente volcado en la ejecución de todo esto. Es una alegría tremenda si nos remontamos a las mismas fechas del año pasado, donde la incertidumbre nos tenía locos y angustiados. Todo hay que decirlo, en esta vida todo tiene un por quéRecuérdalo cuando creas que la vida se ha ensañado contigo. No es así, es solo que hay algo que quiere que aprendas.

Para aquellos que se han lanzado, o están pensando en la aventura de emprender algo propio, adelante. Sigan dándole duro al camino, y recuerden que lo único que hace que tu idea sea sostenible, es qué tan fiel te mantengas a tus principios, y a tus compromisos. Puede ser duro, triste, y en ocasiones complicado o conflictivo, pero si superas una situación de esas, probablemente nada te detenga en ese camino que has decidido seguir; sino de seguro abandonarás a la primera que alguien te ofrezca trabajo (seguridad, y tranquilidad). No te compliques la vida, no todos nacimos para médico o abogado, eso está claro. Así que no tener espíritu emprendedor no es un pecado. Se tienen que pasar mil peripecias que no resultan agradables para la mayoría, y debes tener una tolerancia a la frustración incomparable, ya que no todo lo que busques (aunque trabajes durísimo) se logrará. Decir “de los fracasos se aprende más que de los éxitos” es verdad, pero tienes que vivirlo para saber que desagradable resulta, aunque sí, aprendes mucho sin duda.

Hoy, con 38 años cumplidos, puedo decir que mi vida es compleja, complicada, muy esforzada y sacrificada, en ocasiones dura y frustrante, pero es la vida que escogí y en la mayor parte del tiempo es ESPECTACULAR.

A veces pienso que los más beneficiados con todo esto son mis alumnos, porque la verdad es que los ejemplos que traigo son sumamente ricos y reales. Para hablar de proyectos, servicios, gestión, gobierno, cambio o colaboración, mejor que te lo cuente uno que está en la cancha, y no solo uno que, con suerte, se leyó un libro o le “asignan” de vez en cuando un proyecto. Esa es una ventaja  de vivir en un mundo real, y no dentro de la protección de una organización liderada por otros (aunque a veces se eche de menos, jejeje).

Gracias, pues. Recuerda, que aquí sigo.

Facebook
Twitter
LinkedIn